Es cierto que a todos nos gusta seguir las obras de nuestra vivienda, ver cómo poco a poco se va creando el espacio que tenemos en la cabeza.
Pero estamos hablando de mucho dinero y es muy fácil que, si no se controlan los deseos, el presupuesto de una reforma integral se dispare, amargando el sueño de estrenar nuevo hogar. Lo mismo podría decir de las reformas de un inmueble destinado al alquiler.
Además, no puedes pasarte todos los días por la obra, y te será complicado encontrar tiempo para tomar una decisión sobre un imprevisto, porque en todas las obras puede surgir uno.